lunes, agosto 14, 2006

Unidad Socialista: La transformación debe continuar

La Juventud Socialista de Chile debe seguir transformándose. Los últimos doce meses de vida de la JS, marcan un punto de inflexión en su crecimiento, en su actividad política y en su relevancia para el país.

Hemos avanzado, hubo un cambio y este debe continuar.Cuando esta gestión asumió, nos encontrábamos en una pequeña sala del PS, ahí en calle París, con un computador que con suerte procesaba el programa “word”. Hoy podemos decir que eso cambió. Nuestra nueva y primera sede después de 32 años, es logro de esta gestión y el reflejo de nuestra dinámica, activa y creciente organización juvenil.

Sin embargo, cambios de esa magnitud así como el hecho de que en diez meses hemos engrosado en más de mil ochocientos nuevos militantes nuestras filas, que movilizamos a más de 150 mil jóvenes durante la campaña presidencial de Michelle Bachelet, y a otros 20 mil fuera de ella, en otras causas juveniles, que estamos presentes en los medios de comunicación o que la JS hoy históricamente represente más del 18% del Comité Central del PS, son potentes logros que por sí solos son insuficientes para convertir a la JS en la fuerza política de transformación social que queremos.

Vamos por buen camino, cierto, pero debemos pensar y reflexionar en un proyecto político de unidad socialista practicado con consecuencia y radicalidad por las y los socialistas.“Predicar pero no practicar” es una manía que las nuevas generaciones debemos extirpar de nuestros códigos. Continuar con la transformación iniciada nos obliga a dotar de un contenido político profundo y concreto a la JS. Porque a punta de generalidades y de frases para el bronce no se profundiza la democracia ni se construye el socialismo.

Esa fue la “revolución de los pingüinos”. Porfiados hechos. Fue el acontecimiento que culminó con esa mentira que nos impusieron por mucho tiempo las generaciones que hoy están en el poder empresarial y político: “la juventud del estoy ni ahí”. Fue la falacia de la que todas y todos -parlamentarios, alcaldes, dirigentes partidarios, madres y padres, ejecutivos empresarios, autoridades de gobierno, la clase política en general, así como aquellos que se dejaron embelesar-, fueron cómplices con su silencio otorgando y dejando que la juventud chilena se hundiera en el pesimismo y el menoscabo de su autoestima.

Son aquellos que dejaron que la juventud de Chile se marginara y que hoy pretenden obligar a votar con la inscripción automática y voto obligatorio.En la JS hemos entendido eso y debemos seguir cimentando nuestro rol juvenil. Para ello, acciones consistentes y concretas son esenciales, por lo cual debemos acelerar el recambio generacional y el proceso político del PS.

Las generaciones que hoy se encuentran a la cabeza de la organización juvenil, aquella de los 26 a 28 años debe dar un paso al lado en la conducción de la JS, en esta elección 2006. Si hemos luchado tanto para que aquellas y aquellos reelectos tres, cuatro hasta cinco veces como alcaldes, concejales o parlamentarios, no sigan ocupando su poder para engordar sus traseros y su hambre individual de privilegios, bueno entonces, debemos ser coherentes, hay que ser consecuentes y leales a nuestras ideas. Las generaciones más jóvenes están preparadas.

Claro está, luchar contra las aspiraciones individuales no es lo más fácil, sin embargo, para las y los socialistas, la prioridad es el proyecto y el bienestar colectivo. Debemos practicar nuestros principios porque construir el socialismo no es lo más complejo. Lo difícil, es ser y actuar como socialista.

Por lo mismo, pensar en una JS aun más potente, es construir una nueva tendencia de unidad socialista donde confluyan, los intereses progresistas e innovadores del movimiento juvenil socialista de Chile. El cuoteo debe dar paso a la institucionalidad y ésta a los que trabajan, no a los que pretenden seguir manteniendo por herencia las ilógicas y destructivas formas de repartirse el poder que minan el desarrollo de la organización.

Ahí está la tarea y la fuerza. Porque no sólo nos toca caminar por el flanco izquierdo y diverso de la Presidenta Bachelet, sino también, la JS debe seguir fortaleciendo su conducción política en el seno del movimiento juvenil chileno, en todos y sus más diversos frentes. Desde el mundo punk, rapero, metalero y urbano, hasta el mundo indígena, campesino y trabajador, estudiantil, de la diversidad sexual, en la esfera latinoamericana, gremial, religiosa y ciudadana, nuestra organización se ha rearmado y se ha ungido a lo largo de los 70 años de su historia.

De ahí que nuestra acción debe comprometer el movimiento socialista de Chile, para reconocer a los jóvenes en la Constitución de Chile y abrir su política hacia una nueva Constitución progresista que asiente las bases de una sociedad con justicia social, igualdad y democracia desde su matriz.

De ahí que nuestra lucha debe sacar al pizarrón de forma permanente a la derecha y es precisamente en eso, donde la juventud tenemos mucho que hacer y decir. Porque nuestra verdadera lucha por la igualdad, no es ni con las marionetas UDI ni con RN, sino contra los Luksic, los Matte, los Edwards, los Larraín y todos aquellos que en silencio se apropian de Chile, controlan el poder político desde la derecha y creen poder comprarlo todo para su beneficio particular.

Pero claro está. Sin una JS y un movimiento juvenil socialista brutalmente más fuerte, estas palabras e ideas, serán una canción más del cancionero de la buena voluntad. Lo concreto es que podemos hacer mucho más si asumimos que la Renovación, la Nueva Izquierda, el Colectivo y el Tercerismo están agotados y que hoy, en los albores del siglo XXI entre los socialistas de Chile, hay muchas más coincidencias que nos unen que diferencias que nos separen.

Por lo mismo, nuestro deber es confluir en una inmensa mayoría de izquierda, progresista y democrática. Nuestra responsabilidad socialista y el rol de la juventud deben amalgamarse en la Unidad Socialista de la JS y el PS.

miércoles, mayo 10, 2006

Participar es decidir
El socialismo chileno ha consolidado su arraigo social. Así lo demuestra el hecho que la socialista, Michelle Bachelet J., haya sido electa presidenta de Chile posteriormente al exitoso gobierno de otro presidente socialista, Ricardo Lagos E..

Esto obliga a las y los socialistas a plantear y replantearse el camino a seguir. Tanto porque Chile vive un cambio cultural, o más bien, una revolución cultural de proporciones insospechadas así como porque ya estamos en una era social, política, económica, cultural y global que inbrica la labor socialista como un movimiento que tiene mucho por avanzar y madurar.

Hoy, estamos en los anales de un resurgimiento mundial de la idea socialista. Hay un movimiento de mujeres cada vez más fuerte en el mundo, así como las nuevas generaciones, los jóvenes, sin ninguna duda han despertado de la anestecie que el propio sistema le ha estado inyectando.

Por lo mismo, en Chile, debemos pensar y fabricar un partido socialista que trascienda sus propias limitaciones electorales. Las cuales por un lado tienen relación con su actual paradigma ideológico y estratégico, concernientes a establecer la gobernabilidad de la Concertación que conllevado a la par, condencendencia práctica de ser plataforma política para el engranaje "cómodo" del resto de las fuerzas políticas de la Concertación reducida hoy, a sólo cuatro partidos. Y por otro lado, la debilidad con la que ha actuado estos años, para remplazar el sistema binominal por uno proporcional. Lo cual a la fecha, pareciera que va a cambiar (por supuesto con vino tinto y empanadas, es decir, como la ley de divorcio y matrimonio civil, que sea lo que alcance que sea).

Sin embargo, a que para los socialistas esto sea más que un error, más que lamentable, más que un "amarillismo", las condiciones de la democracia en la que hoy Chile avanza, no son las que deseamos para el país y por lo tanto, los socialistas debemos sembrar en la ciudanía, en el pueblo, nuestro verdadero guía, el real dirigente del PS, que la democracia debe cambiar profundamente.

¿Porqué? Porque profundizar la democracia significa ampliar y hacer más eficiente la participación de las personas a la construcción de su país. Es decir, hacer eficaz la posiblidad de las personas a decidir sobre los asuntos de la nación. O sea, el derecho de las personas a incidir lo más directamente posible (en orden a mantener eficacia en la resolución de problemas, debido a que no podremos jamás tomar decisiones en un foro con más de 15 millones de chilenas y chilenos), en los problemas que conciernen sus condiciones laborales, de vida, de salud, de educación, sus derechos a esparcirse, a vivir una igualdad real que permita la convivencia armoniosa de las personas.

Así, la consigna que la Juventud Socialista de Chile debe asumir, es Participar es decidir. Porque si la JS pretende convertirse en una fuerza pujante y de transformación para Chile, debe comenzar por lo primero. Debe realizar un plan piloto primero sujeto a dos elementos sustanciales:

1. Implementar y utilizar su fuerza en un terreno que le permita sacar conclusiones y por tanto fortalezas. Un especie de servicio militar pero que principalmente no tiene por objetivo demostrar al resto su capacidad sino a ella misma, a nosotros mismo las y los jóvenes socialistas de Chile.

2. Hacerse y apropiarse de un instrumento poderoso que permita, una vez realizadas las conclusiones que madurarán nuestra fortaleza, dar un salto monumental, fuerte, sólido y masivo en las aspiraciones que la JSCH tiene como fuerza transformadora, fresca y renovadora para el futuro de Chile y su pueblo.

Para ello debe impulsar, fuera y dentro del partido, una presencia sólida y plena de las y los jóvenes a las decisiones. Debe haber un 30% de acción positiva de jóvenes en la elección de los diputados y senadores de la República, así como en el partido, el actual 15% de acción positiva de jóvenes es sólo un pequeño tapaboca, una pequeña anestecie, para que la JS no transforme el actual orden interno.
La JS debe impulsar el límite de reelección de las autoridades en todos sus niveles. Si se desea un real recambio que permita aerear permanentemente los vicios que provoca el poder continuo, sostenido e individual de las personas, se debe limitar la reelección de senadores, diputados, alcaldes, concejales y todo otra autoridad de elección popular, a sólo una vece. No podrá ser reelecta más de unavez, es decir, cada persona sólo podrá ejercer cargos de elección popular, por sólo dos períodos sí obviamente, es reelecta la persona. Esto debe ser condición para el partido socialista de Chile, quién debe prácticar la democracia que profesa.

Además será necesario, fortalecer la presencia institucional de las organizaciones juveniles del país. Las juventudes políticas deben estar contempladas en la modernización del estado y por tanto, de los partidos. La JS es el ejemplo de una juventud autóma, que hace valer su camino generacional diferente. Por lo cual, el estado en su reforma, debe contemplar estas situaciones entregando herramientas jurídicas, que pemitan el reconocmiento por parte del estado democrático, a instituciones juveniles autónomas pero vinculadas a otras organizaciones.

Es imprescindible que los jóvenes socialistas de Chile multipliquen el esfuerzo por instalar una conciencia democrática que no aleje ni margine a las nuevas generaciones, sino que las invite y las acoja a ser participes de las decisiones que se toman para todos y por tanto, para ellos mismo. Por lo mismo, es necesario defender la inscripción automática a los registros electorales así como, establecer la voluntariedad del voto acompañando esta medida de formación cívica profunda, desde la más corta edad, generar campañas anuales tendientes a fortalecer la participación democrática y la organización social chilena.

Pero, sustancialmente, hay algo que debe arraigarse en la conjunción de todas estas trascendentes medidas. La idea socialista no sólo debe propagarse con la fuerza de estas medidas tendientes a limpiar y aerear la democracia, sino además, instalar en el seno de las Repúblicas donde debe bullir, la pluralidad de sus valores y la hetereogeneidad de la sociedad democrática. Así, las y los jóvenes, debemos instalar en el corazón mismo de la democracia chilena, su constitución, el reconocimiento a un segmento social fundamental para la continuidad de la democracia y el futuro de las naciones, el estamento juvenil. Debemos ser reconocidos por nuestra estado, así como son reconocidas las etnias originarias y los derechos más fundamentales de las personas de la república.

Así, todas estas medidas, son objetivos claves que la JS debe perseguir y difuminar por el espectro social juvenil de Chile y el mundo. Porque sólo serán claves para desencadenar la gran transformación social, política, económica y cultural que el mundo espera, y que la izquierda ha postergado. El factor clave para gran transforción, se llama JUVENTUD, y esta, debe ser consiente, masiva, altamente organizada y efectiva en su accionar.

Dile a tus amigas y amigos, a tus compañeras y compañeros, trabajadoras y trabajadores, estudiantes, familiares, a las y los más jovenes que tu, a ti mismo, que: Participar es decidir. Que las y los jóvenes queremos incidir. Que hay muchas y muchos que ya estamos en eso. Y que vamos transformar y erradicar las injusticias, la desigualdad de oportunidades, las inequidades sociales y la violaciones culturales que hoy pesan a cada uno de nosotros. Vamos por una democracia profunda.